Nota: Este texto es una traducción
literal del documento escrito por el
Dr. Michael Daniels del Master de Conciencia
y Psicología Transpersonal, Liverpool, UK.
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Introducción a la Psicología Transpersonal
El término transpersonal significa: más allá (o
a través) de lo personal. Hace referencia a las
experiencias en las cuales tiene lugar una
expansión de nuestro limitado sentido de la
identidad, así como el sentimiento de conexión
con una realidad más grande y significativa.
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Las
experiencias religiosas o espirituales
constituyen un elemento central de la
experiencia transpersonal, no obstante, lo
transpersonal también puede entenderse como la
ampliación de nuestra consideración con (o
nuestro sentido de identificación con) otras
personas, la humanidad, la vida, el planeta o la
naturaleza.
A pesar de que la psicología transpersonal ha
sido influenciada por ideas y prácticas
religiosas, es esencialmente una ciencia
aplicada y no una religión o una ideología
espiritual. También es muy distinta de
aproximaciones más tradicionales como la
psicología de la religión. El interés de la
psicología transpersonal incluye, por ejemplo,
fenómenos “no-religiosos” como soñar y la
experiencia llamada “flow”. En sus fundamentos
también se distingue en relación a cómo
considera la experiencia (en vez de creencias,
actitudes o comportamientos sociales), y su
insistencia en que el psicólogo debe participar
(en vez de simplemente observar) en el proceso
de transformación-espiritual. De esta manera la
experiencia y la práctica espiritual personal
sirven para informar, fundamentar y enriquecer
la investigación del psicólogo transpersonal.
La psicología transpersonal también se distingue
de la parapsicología y de la investigación sobre
fenómenos psíquicos, a pesar de que comparten
entre sí importantes intereses (por ejemplo,
sueños lúcidos, experiencias fuera del cuerpo y
experiencias cercanas a la muerte,
reencarnación, telepatía y mediumnidad). Si bien
el énfasis principal de la parapsicología y de
la investigación sobre fenómenos psíquicos está
puesto en la búsqueda de evidencia objetiva de
los fenómenos paranormales, la psicología
transpersonal en cambio, está más interesada en
el significado subjetivo que estas experiencias
tienen para el individuo, así como su capacidad
para promover una transformación espiritual y
psicológica.
A pesar de que la psicología transpersonal se ha
desarrollado dentro del dominio de la psicología
científica, siempre ha reconocido el valor de
las aportaciones de otras disciplinas en la
comprensión de lo transpersonal. De esta manera,
la psicología transpersonal es vista en algunas
ocasiones como una parte de un movimiento
interdisciplinar más grande que la incorpora,
por ejemplo, aproximaciones transpersonales
dentro de la antropología, los negocios, la
terapia, en ecología, la educación, la medicina,
las neurociencias, farmacología, filosofía,
política, psiquiatría, estudios religiosos y
sociología. Este movimiento transpersonal más
amplio es generalmente entendido como un
movimiento que no sólo representa una
aproximación al conocimiento, sino también como
un compromiso con una transformación espiritual
del individuo, la sociedad, la cultura y las
esferas políticas.
Historia de la psicología Transpersonal:
El primer psicólogo transpersonal nació en
1901-02, cuando el psicólogo Americano
William James
dio las llamadas “Gifford Lectures” en la
Universidad de Edinburgh. En estas clases
(publicadas en 1902 como
The Varieties of Religious Experience)
James se aproximó a la religión a través del
estudio de la experiencia directa del individuo.
La experiencia religiosa, defiende, es un tema
legítimo de estudio para la psicología, y debe
ser investigado usando métodos empíricos y
científicos. William James fue también pionero
en investigación de fenómenos psíquicos, y su
interés en las experiencias religiosas se nutrió
a través de sus conocimientos en las doctrinas
Swedenborgian, Transcendentalismo Americano,
Teosofía, Misticismo Cristiano, Sufismo,
Budismo, Vedanta y Yoga, así como por sus
propios experimentos con drogas para alterar la
mente. William James es la primera persona
conocida en haber usado en inglés el término
trans-personal (en 1905). James defendió que
nuestro estado ordinario de conciencia es un
estado específico y limitado, y que un fino velo
separa este estado ordinario de conciencia de un
gran espectro de diferentes tipos de
posibilidades de experiencias místicas y
extraordinarias.
En el año 1901 se publicó
Cosmic
Consciousness, un libro esencial
y altamente influyente acerca de la experiencia
de que el Universo entero es un Ser vivo y
ordenado, escrito por un psiquiatra Canadiense
llamado Richard M. Bucke. La investigación
fenomenológica y la sistematización de las
experiencias místicas iniciadas por James y
Bucke, fueron posteriormente refinadas y
desarrolladas por escritores como Evelyn
Underhill (Mysticism, 1911), Walter Stace (Mysticism
& Philosophy, 1960) y Marghanita Laski (Ecstasy,
1961). Desde entonces se ha convertido en una
importante área de investigación, como queda
plasmado en el trabajo del psicólogo Americano
Charles T. Tart
así como en la Unidad de Investigación de
Experiencias Religiosas (Religious
Experience Research Unit)
establecida en la distinguida British scientist
Sir Alister Hardy en 1969.
Otro importante ímpetu en el desarrollo de la
psicología transpersonal vino del movimiento
psicoanalítico. Igual que William James, el
psicólogo suizo
C.G. Jung
estaba muy interesado en lo paranormal y las
experiencias religiosas. En un principio estuvo
próximamente asociado a Sigmund Freud, no
obstante, Jung se volvió altamente crítico con
el rechazo continuo de Freud en relación a lo
“oculto”, y su creencia de que la religión era
una forma de neurosis. En vez de un estado
inmaduro e insano de proyecciones psicológicas
como lo veía Freud, Jung veía el impulso
religioso como una manifestación y proyección de
los arquetipos espirituales (patrones
universales de experiencia humana) que existen
en nuestra dimensión “transpersonal” llamada
según él, el Inconsciente Colectivo. Jung vio
que el objetivo de la vida humana era la
individuación – en esencia la llamada
espiritual para una completa integración humana
y psicológica, o la realización del arquetipo
del Self. Jung creía que la individuación podía
ser facilitada a través de un trabajo creativo e
imaginativo con las imágenes de los sueños, los
símbolos y los mitos que representan el proceso
de transformación espiritual.
El psiquiatra Italiano
Roberto Assagioli
era un estudiante de Raja Yoga y también de las
enseñanzas esotéricas de Alice Bailey. Assagioli
desarrolló un sistema teórico y práctico de
terapia y de desarrollo psicológico llamado
psicosíntesis que incorpora y enfatiza la
dimensión espiritual de la experiencia humana.
Assagioli defendía que el concepto Jungiano del
Inconsciente Colectivo no distingue
adecuadamente entre los tres tipos de
inconsciente, el “alto”, “medio” y “bajo”. Para
Assagioli, el desarrollo psicológico implica la
exploración e integración (síntesis) de las tres
dimensiones inconscientes. Según Assagioli,
explorando y trabajando con el “alto”
inconsciente podemos entrar en contacto con el
Yo Superior (o Transpersonal Self). Aprendiendo
a expresar y manifestar el Yo Superior, nos
movemos más allá de la psicosíntesis personal
hacia una psicosíntesis espiritual o
transpersonal. Psicosíntesis, como sistema
psicológico sugiere diversas técnicas prácticas,
incluyendo meditación y visualización, como
ayudas para la exploración transpersonal y la
integración.
El psicólogo Americano
Abraham Maslow
se le conoce entre otras cosas por ser el
fundador de la psicología humanista, la cuál vio
como la “tercera fuerza” en psicología (las
primeras dos que identificó son el Conductismo y
el Psicoanálisis). La psicología humanista
enfatiza la racionalidad humana, la capacidad de
agencia, la conciencia, la salud mental, la
realización del potencial del individuo y la
autorrealización. También busca reconocer y
estudiar las experiencias llamadas “higher human
experiences” generalmente ignoradas o rechazadas
por la psicología prevaleciente. Estas
experiencias incluyen amor, empatía,
creatividad, intuición, experiencias místicas,
altruismo y compasión. Maslow encontró que
muchas personas autorrealizadas tenían
experiencias de trascendencia (p.j.,
experiencias cumbre, metamotivaciones o el deseo
de realizar valores universales). Maslow
interpretó estas experiencias trascendentes como
una expresión de nuestra naturaleza humana
(esencialmente biológica). Debido a la
importancia y certeza de estas experiencias,
Maslow sugirió que la psicología debería
investigar estos fenómenos. A finales de los
años 60, conjuntamente con colegas como
Stanislav Grof, Anthony Sutich y otros,
propusieron el término Psicología Transpersonal
para esta “cuarta fuerza”. En 1969 se editó por
primera vez la Revista de Psicología
Transpersonal (Journal
of Transpersonal Psychology) de
quien Anthony Sutich fue su editor, y en 1972 se
estableció la Asociación de Psicología
Transpersonal (Association
for Transpersonal Psychology)
Cambios sociales en los años 60 también
contribuyeron al desarrollo de la psicología
transpersonal. Éstos incluyen el uso extendido
de drogas psicodélicas en América y Europa. A
pesar de que a menudo fue más que una actividad
recreativa o una vía para confirmar una postura
antisistema, así como una identidad y estilo de
vida alternativo, el LSD y la mescalina fueron
vistos también como facilitadotes válidos para
alcanzar estados espirituales de conciencia. En
el libro The Doors of Perceptions (1954), el
escritor Británico Aldous Huxley, defendió la
idea de que la mescalina podía ser una ayuda
válida para expandir la conciencia humana.
También, en los años 50, el psiquiatra checho
Stanislav Grof fue pionero en el uso clínico del
LSD. Grof encontró que, especialmente con el uso
de altas dosis, las personas relataban a menudo
una inusual variedad de experiencias
extraordinarias en las cuales el sentido del
tiempo, el espacio y la identidad se veían
drásticamente alterados. Grof creía que el LSD
permitía a las personas experimentar realidades
“transpersonales” que normalmente quedaban
ocultas para el estado cotidiano de conciencia.
Cuando el LSD fue prohibido, Grof encontró que
experiencias similares podían inducirse usando
una técnica que él mismo desarrolló llamada
Holotropic
BreathworkTM, la cual
implica largas sesiones de respiración alterada
combinada con música.
Durante este periodo, se produjo también una
explosión en el interés de las religiones
orientales (especialmente el Hinduismo y el
Budismo) así como la meditación. Las enseñanzas
orientales fueron vistas por muchos occidentales
como enseñanzas básicamente prácticas y
psicológicamente sofisticadas, que prometían
experiencias directas de lo espiritual y que a
menudo, en las tradiciones religiosas
occidentales, se encontraban a faltar. Estas
filosofías no solo fueron absorbidas por la
popular contracultura del momento, sino que
también dominaron en el terreno académico de la
psicología transpersonal a través de la
influencia de escritores como Alan Watts, D.T.
Suzuki, Sri Aurobindo and Chogyam Trungpa. A
pesar de que el Hinduismo y el Budismo son las
que han tenido un claro impacto en la teoría y
la investigación en la psicología transpersonal,
otras enseñanzas mistico-religiosas también han
influenciado. Estas incluyen la Cábala,
Misticismo Crisitano, Gurdjieff, Chamanismo,
Sufismo, Taoísmo, Teosofía y Wicca.
Desde principios de los año 60, la meditación y
otros métodos de transformación personal como
grupos de desarrollo personal, Yoga, psicodrama,
terapia Gestalt, Holotropic Breathwork y trabajo
con el cuerpo, se han venido enseñado en los
“centros de crecimiento” de primera línea como
el
Esalen Institute,
el cual se estableció en Big Sur, California en
1962. Estos centros se convirtieron en el foco
de lo que se ha venido a llamar “movimiento del
potencial humano” caracterizado por ser rico y
difuso así como por una mezcla ecléctica de
aproximaciones y tecnologías de transformación
que en muchas maneras representan la vertiente
práctica y experiencial de la psicología
humanista y transpersonal.
Desde la fundación académica de la psicología
transpersonal en 1969, se han llevado a cabo un
número importante de investigaciones. Éstas
incluyen una amplia investigación en estados
alterados de conciencia así como los efectos
fisiológicos y psicológicos de la meditación. La
psicología transpersonal ha intentado definirse
a sí misma con mayor precisión, con el fin de
desarrollar una epistemología y metodología de
investigación que sean más apropiadas a su
objeto de estudio, para poder crear modelos
teóricos de estados y procesos transpersonales
que sean inteligibles, así como proveer de
métodos prácticos y efectivos para guiar a
aquellos que buscan explorar lo transpersonal.
También ha buscado reconocimiento y aceptación
por parte del paradigma dominante en la
psicología actual, y en 1996, la
British
Psychological Society fue la
primera asociación profesional de psicología en
aprobar la creación de una sección académica
para la Psicología Transpersonal (Transpersonal
Psychology Section). Otro
desarrollo reciente ha sido la promoción de
Martin Seligman de una aproximación llamada
Psicología Positiva (Positive
Psychology). Ésta enfatiza el
bienestar humano y la plenitud incluyendo el
desarrollo de las capacidades “espirituales”
como el amor, la compasión y la sabiduría. En
muchos sentidos, la Psicología Positiva trata de
adoptar la visión tanto de la psicología
humanista como transpersonal, enfatizando la
importancia de adoptar la metodología de
investigación tradicional disociándose así de la
imagen que pueden tener ambas de aproximaciones
de “no-científicas”.
El teórico contemporáneo que más ha influenciado
(y también más controvertido) en la psicología
académica transpersonal es el filósofo Americano
Ken Wilber,
que ahora prefiere describir su propia
aproximación psicológica como “integral”. En una
serie de brillantes libros y artículos empezando
por El Espectro de la Conciencia (1977),
Wilber ha desarrollado un marco conceptual
extraordinario, sofisticado y de amplia
aplicación. La teoría de Wilber está basada en
la filosofía perenne (Aldoux Huxley, 1947), o en
la creencia de que todas las religiones
comparten una doctrina y una profunda estructura
experiencial. Para Wilber, la filosofía perenne
enseña la Gran Cadena del Ser, la interconexión
evolutiva entre la Materia, la Mente y el
Espíritu.
En el desarrollo psicológico, esta cadena
evolutiva de la conciencia se manifiesta como
una progresión desde el estadio prepersonal
(donde no hay sentido de identidad, o una forma
muy rudimentaria de identidad física), pasando
por la conciencia personal (que implica una
fuerte relación mente-ego), a una conciencia
transpersonal (que implica la expansión de
identidad más allá de lo personal y la dimensión
mente-ego). Wilber identifica también sucesivas
fases en el nivel transpersonal. Defiende que el
desarrollo transpersonal, implica un movimiento
de la conciencia desde lo sutil (identificación
con la naturaleza, la experiencia imaginativa y
de formas arquetípicas), pasando por una
conciencia causal (en donde la experiencia no
tiene forma o se tiene una experiencia de
observador trascendente), hasta la conciencia
última (en dónde el mundo de la forma reaparece,
pero en esta fase es la experiencia directa de
la proyección Mente/Espíritu). El modelo de
desarrollo Transpersonal de Wilber se ha
criticado por algunos por esta excesivamente
basado en filosofías orientales, especialmente
Advaita Vedanta, Zen y Budismo Tibetano, así
como por no reconocer como importante la
experiencia de las religiones teísticas. Algunas
feministas y ecologistas transpersonales han
criticando también que Wilber ha desarrollado un
modelo patriarcal y jerárquico así como por
devaluar la naturaleza del misticismo.
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